Prepara tu propio jabón
Ingredientes:
- 1 barra de jabón base (puedes encontrarla en tiendas de artesanía o en línea)
- 2 cucharadas de glicerina líquida
- 10-20 gotas de aceite esencial de tu elección (por ejemplo, lavanda, eucalipto, naranja)
- 1/4 de taza de infusión de hierbas (puedes usar hierbas secas como lavanda, manzanilla, caléndula, etc.)
Instrucciones:
- Corta la barra de jabón base en trozos pequeños. Cuanto más pequeños sean los trozos, más fácil será derretirlos.
- En una cacerola doble o en el microondas, derrite los trozos de jabón base a fuego lento. Si usas el microondas, caliéntalo en intervalos de 30 segundos y revuelve hasta que el jabón esté completamente derretido.
- Mientras el jabón se derrite, prepara la infusión de hierbas. Hierve 1/4 de taza de agua y viértela sobre las hierbas secas en un tazón. Cubre el tazón y deja que las hierbas se infusionen durante unos 10-15 minutos. Luego, cuela la infusión y resérvala.
- Una vez que el jabón esté completamente derretido, añade la glicerina líquida y la infusión de hierbas. Revuelve bien para combinar todos los ingredientes.
- Agrega las gotas de aceite esencial y mezcla nuevamente. El aceite esencial le dará a tu jabón un agradable aroma y propiedades terapéuticas.
- Vierte la mezcla en moldes de jabón. Puedes usar moldes de silicona, moldes para muffins o cualquier otro recipiente que tengas a mano.
- Deja que el jabón se enfríe y endurezca. Esto puede llevar varias horas, dependiendo del tamaño y la profundidad de tus moldes.
- Una vez que el jabón esté completamente endurecido, desmóldalo con cuidado.
- Deja que los jabones reposen en un lugar fresco y seco durante al menos una semana para que se endurezcan completamente antes de usarlos.
¡Y eso es todo! Ahora tienes tu jabón artesanal con hierbas, glicerina y aceites esenciales. Puedes envolverlos o decorarlos como desees y regalarlos o disfrutarlos en tu propio cuidado personal. Ten en cuenta que, debido a la glicerina y los ingredientes naturales, estos jabones pueden ser más suaves que los jabones comerciales, por lo que deben almacenarse en un lugar seco para evitar que se derritan o se deshagan.